jueves, 7 de noviembre de 2013

Defensa Personal: Contra la violación

A pesar de los avances que existen en cuanto a los derechos de las mujeres en la actualidad, estas siguen siendo vulnerables a los abusos de hombres que aprovechan su fuerza para someterlas y degradarlas. El 2010 un estudio de la Unidad de Delitos Sexuales de la Fiscalía Nacional de Chile, reveló que un promedio de 17 personas son violadas diariamente y 34 reciben abusos sexuales en el país. Por su parte la ONG Activa dio la cifra de 9,8 violaciones diarias, aunque su directora, Gloria Requena, plantea que el numero puede ser mayor ya que se estima que por cada persona que denuncia, hay cuatro que no lo hacen.

Una presentación de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) indica que el agresor es generalmente del sexo masculino (96 %) y es adulto o adulto joven. También señala que las víctimas son comúnmente mujeres de 15 a 29 años y niños (de 5 a 15 años). La mayor parte de los abusos sexuales y violaciones ocurre en el ámbito de la familia y en el hogar, sin embargo la otra se da en circunstancias que son las que tomaremos en cuenta para este articulo.

Conociendo al agresor

Según el médico psiquiatra forense argentino, Juan Carlos Romi, existen tres elementos que los violadores tienen en común. El primero es que buscan la reafirmación del poder en el sometimiento de la víctima. Lo segundo es que les resulta placentero usar la fuerza para someter, y lo tercero es una reafirmación de su machismo y prepotencia masculina. Esto nos indica que el delincuente sexual no solo persigue la relación sexual, sino que la violencia es parte de su disfrute.

Por otra parte un estudio llevado a cabo en la Universidad Autónoma de México concluyó que más del 50% de los asaltos sexuales “implican el uso de un arma, a menudo una navaja, como apoyo”. Además en la mitad de los casos “se presentan signos de traumatismo físico y más de 10% de las víctimas precisan tratamiento de urgencia”.

Norberto Deluca, capitán de la oficina de delitos sexuales de la Policía de La Plata, Argentina, dijo al diario “El Día” que los violadores atacan de distintas formas, pero “casi siempre atacan de atrás” y “suelen agarrar a sus víctimas del pelo”.

Consuelo Peña, jefa de la Brigada de Delitos Sexuales y Menores de la PDI de Valdivia, asegura que las violaciones a mujeres suelen ocurrir cuando caminan solas en lugares sin iluminación. “Se arriesgan a transitar por pampas, se exponen demasiado”, señala la Subprefecto regional. Peña aclara que no hay un perfil determinado para los violadores, sino que aprovechan la ocasión. Explica que hay una gran cantidad de agresores sexuales que son primerizos, y hay otros que han llegado a cometer 60 delitos de este tipo antes de ser capturados.

Prevención

Muchos artistas marciales piensan que la defensa más efectiva contra cualquier agresión es evitar que esta suceda, prevenir antes que curar. Consuelo Peña se adhiere a esta idea y recomienda tomar las siguientes precauciones:

-Estar siempre acompañadas.

-Si están solas y se sienten observadas, o que alguien las sigue, cruzar la calle o fingir que hablan por teléfono (también puede hacer un llamada de verdad y dar a conocer su situación y ubicación).

-No transitar por lugares poco iluminados, en especial parques y sectores recreativos.

Pueden parecer recomendaciones obvias, pero descuidar cualquiera de estos factores puede llevarle a una situación de la cual no hay regreso.

También debe tener en cuenta que de acuerdo a la ONG Activa, que usa como fuente a Carabineros y a la PDI, en un 60% de los casos la víctima conoce al violador, por lo que estar con una persona conocida no es razón para bajar la guardia e ignorar las advertencias anteriores.

Miedo y poder

Cómo indicó Romi, la violación tiene que ver con la reafirmación de poder del agresor. Por este motivo, Peña indica que no se le debe mostrar miedo al agresor, ya que de esta forma se reduce su sensación de superioridad. Al preguntarle por algún caso de alguien que se haya librado de un ataque sexual, la Subprefecto se refirió a una situación en que una joven mantuvo la calma y “le habló mucho al agresor, logrando calmarlo a el también”.

Si no hay más remedio

Si no pudo alejarse, ni persuadir al agresor de que se calme, va a tener que actuar rápidamente. A algunas les favorecerá su instinto, mientras a otras puede que les perjudique ya que no se han enfrentado a situaciones de peligro anteriormente, por lo que es bueno tener preparación previa para estas situaciones. A continuación les vamos a mostrar un par de consejos que puede practicar en casa, con su pareja, una amiga (o), o algún familiar, sin embargo son solo una introducción al mundo de la defensa personal, y no garantizan en absoluto su seguridad. Si estos ejercicios le despiertan inquietud debe acudir a un maestro/instructor de artes marciales, o defensa personal, y así podrá aprender íntegramente un sistema de defensa que pueda ayudarla en una situación de peligro.

Cuando se ha entrado en un forcejeo “la víctima en casi todos los casos esta disminuida en fuerza, estatura, peso corporal, su estructura física le impide hacer cualquier fuerza opuesta con el oponente” indica Cristian Molina, instructor de kenpo y asistente policial de La Unión, quien ha desarrollado cursos de defensa personal para mujeres en La Unión. “Sus movimientos deben estar enfocados en una salida simple, eficaz y eficiente”.

Molina dice que al defenderse uno cuenta con el factor sorpresa a su favor, ya que no es la reacción esperada por el atacante, y piensa que una buena forma de aprovecharlo es con un golpe al mentón cuya potencia debe aumentarse al desplazar el cuerpo y usar el peso de este. Acto seguido se puede atacar la cara con la mano en forma de garra para hacer que el agresor se intente cubrirse, abriendo espacio para golpear los genitales.




Otro consejo que puede servir proviene de Ana María Salazar, cinturón negro en hapkido y conductora de un programa llamado “Seguridad Total”. Consiste en una técnica para liberarse cuando se le ha tomado por la muñeca. Se debe girar la muñeca de la forma en que se muestra en la imagen, buscando que la parte lateral interior de la muñeca quede apuntando al espacio entre el dedo medio y el pulgar, cómo indica la foto. Luego saca tu brazo en dirección hacia ti, pero no uses solo la fuerza de tus brazos, sino que gira todo el cuerpo para así lograr que tu peso sea el que hace el trabajo.







En ocasiones habrán personas cuya mano sea tan grande que no quede esa apertura entre su pulgar y el resto de sus dedos. La forma de enfrentar esto es asegurándote que la dirección de tu fuerza vaya hacía el pulgar del agresor, de forma que estará enfrentándose solo su dedo contra el peso de todo tu cuerpo.

Para que puedas usar estos movimientos de forma eficaz, se requiere mucha práctica y constancia, y es imprescindible la supervisión de un instructor, sin embargo pueden servir para que te hagas una noción de las cosas que se pueden hacer para mantenerte segura. En las ediciones que vienen iremos publicando más consejos y técnicas. Aún así hay que tener en consideración las palabras de Consuelo Peña: “defenderse puede empeorar la situación. La literatura señala que el agresor es cobarde pero en la realidad hemos visto que no es así. Si alguien tiene conocimiento de defensa, lo aplica, sino, es mejor valorar la vida”.Lo recomendable es lograr ubicar un momento para arrancar y jamás quedarse a luchar.

Una lucha más grande

Es cierto que frustrar un intento de violación es un gran logro, y es lo ideal. Sin embargo aquellas que han sido víctimas de este tipo de ataques aún pueden dar la pelea y denunciar. Lo primero, indica Peña, es buscar atención médica e informar el motivo de su visita, ya que se hace una atención especializada en este caso y se recogen muestras que posteriormente servirán de evidencia en la denuncia. Si por algún motivo no desea visitar al médico inmediatamente, debe guardar la ropa que usaba y no lavarse, para retener los rastros.

Cómo hemos dicho anteriormente, se estima que por cada mujer que denuncia, hay cuatro que no lo hacen. De esta forma, aquellos delincuentes que cometen estos actos siguen en libertad, y muchos vuelven a violar. Al denunciar te proteges de que te vuelva a ocurrir, y también evitas que le pase a otras. Las víctimas deben dar la lucha más grande, en especial la batalla que deben librar en su interior, por superar los traumas psicológicos que estas experiencias dejan. Pero es una batalla que pueden ganar, y tal vez las artes marciales puedan ayudar en este sentido, puesto que la mayoría de estas fomentan una idea en común: la voluntad y el esfuerzo pueden derribar todas las barreras y cargar todos los pesos.

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Edición N°4