sábado, 9 de noviembre de 2013

Judo Kodokan, un sistema en peligro de extinción.

Jigoro Kano a los 28 (foto de Wikipedia)

“¿Por qué he querido llamarlo judo en lugar de jujutsu? Si bien existieron diferentes motivos, el más importante y decisivo fue que el objetivo primordial de la enseñanza del judo Kodokan debía estar fundado sobre el do (camino) y no sobre la habilidad en la técnica (jutsu), que es un fin o medio secundario para alcanzar el objetivo principal que para nosotros está en el do”. - Jigoro Kano

Japón feudal fue un periodo marcado por la guerra. Los samurai gobernaban a través de la espada y entrenaban constantemente para hacerlo eficazmente. Sus métodos de combate evolucionaron con el tiempo considerando nuevas aristas, como por ejemplo, poder defenderse incluso cuando carecían de su espada. Técnicas de lanzamiento, luxaciones, y golpes a zonas poco protegidas por las armaduras de los samurai, fueron formando parte del arsenal del “jujutsu” (ju – suavidad, flexibilidad | jutsu - técnica). El jujutsu no era un arte marcial en particular en aquellos tiempos, sino que una forma para referirse a los sistemas de lucha japoneses, los cuales tendían a enfocarse en la fluidez de la técnica por sobre la fuerza bruta.

Junto con el fin del periodo feudal de Japón se da inicio a la era Meiji (1867 -1912), y Japón comienza un proceso de modernización que parte por abrir su comercio y cultura hacia el exterior. Durante este periodo se desarrolla la mayor parte de la vida del fundador del “judo Kodokan”: Jigoro Kano (1860 – 1938). Tras haber sido estudiante de dos escuelas de jujutsu, Kano decide hacer algunas reformas pedagógicas y técnicas que terminan sentando las bases del judo. Pero, ¿cómo es que se pasa de un campo de batalla donde el juego sucio es la única forma de sobrevivir, a un tatami con árbitros y reglamento que busca asegurar el bienestar e integridad de las personas involucradas?

Kano recibió una rigurosa educación que incluyó las bases del confucionismo e inglés. Este último lo obtuvo de Mitsukuri Shuei, “un renombrado profesor perteneciente a un relevante grupo de intelectuales que influirían en gran medida en las reformas educativas japonesas de esta época” (Waterhouse, 1978). De esta forma Kano recibió una enseñanza que recogía las tradiciones de oriente, a la vez que incorporaba la cultura occidental.

Durante estos años de estudio, Kano al ser físicamente más débil que sus compañeros, mantuvo una posición de subordinado, por lo que desarrolló gran interés por aprender artes marciales. Pero no fue hasta que entró en la universidad que comenzó a entrenar en la ryu (escuela) Tenshin Shinyo, a pesar de que su padre no se mostró en absoluto de acuerdo. Para muchos, incluyendo el padre de Kano, el tiempo de los samurais ya había terminado y no era una buena opción de vida seguir la senda del guerrero. Aquellos que antes habían gozado de estatus y rango por sus habilidades marciales, ahora se veían obligados a vender su conocimiento a quienes pudieran pagar.

Kano entrenó en la ryu Tenshin Shinyo pero tras fallecer su maestro, y luego su sucesor, comienza entrenar en la ryu Kito. Según Andy Adams de la revista “Black Belt”, mientras Kano entrenaba en la Tenshin Shinyo, se enfrentó a un hombre llamado Kenkichi Fukushima que pesaba el doble que él. Una y otra vez fue vencido por Fukushima, y se puso de cabeza a encontrar la forma de superarle, estudiando todo lo que llegara a sus manos.

Finalmente Jigoro desarrolló una nueva técnica. Entro agachado y subió a Fukushima a sus hombros, y con un giro fácilmente lo lanzó sobre la colchoneta. Rápidamente nombró esta técnica “kata-guruma”, o giro de hombros. Así Kano fue desarrollando técnicas que se basaban en la racionalización del movimiento, en vez de la acostumbrada imitación de las incuestionables técnicas de los maestros..

Por su parte Paul McMichael, historiador y practicante de judo, plantea que las razones de Kano para crear el judo Kodokan fueron otras: la mala reputación que tenía el jujutsu, ya que había una cantidad no menor de practicantes que buscaban aprovecharse de los más débiles a través de su conocimiento marcial, sumado a las practicas peligrosas y dañinas que estas artes promovían. Prueba de esto es que una de las innovaciones de Kano en las artes marciales fue el desarrollo de ukemis (formas para caer sin dañarse).

En 1882, funda la Kodokan, o “escuela para estudiar el camino”, en el pequeño templo budista de Eisho-Ji, comienza a transmitir el judo Kodokan a nueve alumnos. Como es de esperarse, la entrada de una nueva escuela de artes marciales no fue bienvenida por todos. Rápidamente se produjo una rivalidad con las escuelas de jujutsu tradicional, en especial con el maestro Hikosuke Totsuke de la Yoshin ryu. La oportunidad de demostrar la eficacia del judo llegó en 1886 cuando el Departamento de Policia de Tokyo hizo un “casting” para ver con que sistema de lucha desarmada deberían entrenar a su personal. Patrocinó un torneo entre estas dos escuelas donde quince estudiantes de cada una debían competir. Fue una victoria marcada para la escuela de Kano ya que trece de los suyos ganaron y otros dos empataron, mejorando la reputación de la Kodokan y recibiendo el reconocimiento oficial del gobierno.

La popularidad del judo creció tan rápido que muchas escuelas de jujutsu se unieron a la Kodokan para preservar su legado, y de esta forma la amplitud de técnicas del judo aumentó. En 1911, el Ministerio de Educación de Japón incorporó el judo y el kendo como actividades obligatorias en los colegios.

Paralelamente Kano continuaba desarrollando su carrera, la cual se inclina irremediablemente hacia la educación. Llegó a ser profesor y director de varias escuelas, y Secretario del Ministerio de Educación Nacional. Fue Kano quien constituyó un departamento de educación física en la Escuela Normal Superior, donde divulgó deportes como el tenis, béisbol, fútbol y natación.

Según Julián Espartero y Miguel Villamón, ambos estudiosos del área de actividad física y deportes en universidades de España, “la historia del judo es la historia de la transformación de un arte marcial en un deporte moderno”. Pero lo que Kano buscaba era internacionalizar el judo, ya que mediante la propagación de éste como método educativo se podía hacer una importante contribución al desarrollo moral de las personas, y finalmente al bienestar de la sociedad. Aparte de los esfuerzos que hizo por internacionalizar el judo, hubieron algunos hitos que aceleraron este proceso:

-En 1909 Kano pasó a ser el primer representante japonés del Comité Olímpico Internacional en donde conoce al Barón de Coubertin, quien se interesa por el judo.

-Kano conoce al pedagogo John Dewey con quien compara sus apreciaciones sobre la educación y le demuestra que dichas ideas se pueden aplicar en el tatami. Dewey queda impresionado ya que esta forma de entender la pedagogía aportaba una dimensión espiritual, y manda a hacer un estudio al respecto.

-El filosofó indio y premio nobel de literatura, Rabindranath Tagore, visitó la Kodokan y pidió a Kano que enviara a un profesor de judo a enseñar en la universidad que el había fundado. Kano envía a su alumno, Tagaki Shinzo, quien se queda por dos años enseñando judo en India.

La deformación del judo Kodokan.

McMichael indica que a pesar de lo fructífero que fue el trabajo de Kano, el éxito que ha tenido el judo en la actualidad se ha formado “fuera de las intenciones de su fundador”. También señala que el shiai, o concurso en torneo, “fue en muchas maneras el menos importante de los objetivos de Kano”. A menudo se culpa esta deformación del judo a la transformación del mismo en un deporte con reglas, e institucionalidad deportiva. Sin embargo el contexto histórico en que este arte se desarrolló tiene mucho que ver también.

Grupos conservadores de Japón consideran que su apertura al resto del mundo genera un declive moral y rápidamente se imponen en el ámbito político y social. A pesar del totalitarismo y ultranacionalismo que se desarrolla en ese tiempo, Kano mantiene públicamente una posición pacifista e internacionalista. Japón comienza a transformarse en potencia bajo el lema “fukoku kyohei” (enriqueced al país, fortaleced el ejercito). Tras dos campañas militares victoriosas, contra China y Rusia, se refuerzan “los planteamientos de las fuerzas políticas que habían preconizado la adopción de medidas extremas para alcanzar aquel objetivo” (Cunningham, 1998).

En 1895 las artes marciales fueron reorganizadas por la Dai Nippon Butokukai, una organización gubernamental que quería unirlas espiritualmente al gobierno imperial, revivir el “bushido” (código de conducta del samurai), y promover el bujutsu (otra forma de referirse a las artes marciales). En 1899 Kano fue nombrado presidente de esta organización, sin embargo se esforzó continuamente por mantener el judo Kodokan fuera de esta visión militar de artes marciales, a pesar de que fue presionado numerosas veces por el Estado para hacer lo contrario.

En un intento desesperado por evitar de que el judo Kodokan fuera secuestrado por el ejercito, Kano decidió ocultar las técnicas orientadas a la defensa personal, y estas no se enseñaron más, perdiéndose en el tiempo. Tras la muerte de Kano en 1938, la Butokukai logra su acometido de incorporar el judo Kodokan en sus disciplinas, acelerando aún más el proceso distorsionado de este arte. Por esta razón muchos maestros que eran alumnos directos de Kano se marchan del Kodokan, con lo cual parte de su legado se perdería para siempre.

Tras la segunda guerra mundial y la ocupación de las fuerzas aliadas en Japón, se prohíben las artes marciales en el país. Sin embargo en 1946 se revoca la clausura, en parte gracias a “la relativa independencia que Kano consiguió mantener respecto de las tendencias oficiales” (Espartero & Villamón, 2009). Prueba de esto es que el Kodokan fue el primer centro autorizado por las fuerzas de ocupación americanas para retomar la enseñanza del judo, a diferencia de otras escuelas que fueron castigadas por su compromiso político antes de la guerra.

Pero el judo que los occidentales pudieron conocer en ese momento ya se había distanciado mucho del judo Kodokan original. A esto se le suma el intenso proceso de deportivización que la cultura deportiva occidental aplicó sobre el judo. Según Esparteros & Villamón “la filosofía de Kano, que constituía la propia esencia de la concepción del judo, ha quedado relegada a un ámbito apenas conocido por la mayoría de sus practicantes”.

Datos curiosos

Kano usó dos principios fundamentales para el judo: Seiryoku Zenyo, el “Principio del Uso Eficiente de la Energía”, y “Jita Kyoei”, el “Principio de Beneficio Mutuo”. El discípulo de la Kodokan debía usar su energía de la mejor manera posible tanto en el judo como en la vida diaria y tener una sincera consideración por el beneficio de otros, puesto que así se beneficiaba a si mismo.

La palabra “judo” no fue creada por Kano. Antiguamente la escuela más espiritual de jujutsu, la ryu Jikishin, usó este termino para referirse al estudio de la lucha sin armas, pero con enfoque especial en la parte mental del entrenamiento. Kano perseguía este mismo fin, el judo debía ser por sobre todo un vehículo para el desarrollo físico, moral, e intelectual de quienes lo practicaran. En las palabras de Kano:

“Solamente por medio de la ayuda y las concesiones mutuas, un organismo que agrupe individuos en número grande o pequeño, puede encontrar su plena armonía y realizar serios progresos”.

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